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UN REGALO LLAMADO ‘BEE GEES’Cuando yo era niña, la película FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE era un suceso. No sólo porque catapultó al estrellato a John Travolta, sino también por el soundtrack que muy pronto se convertiría en un clásico de la música internacional.Con esa producción, los BEE GEES -que ya tenían su historia- alcanzaron la fama y el reconocimiento mundial y al paso del tiempo, muchos crecimos con temas como ‘Stayin’ Alive’, ‘How Deep Is Your Love?’, ‘Night Fever’, ‘Too Much Heaven’ y ‘More Than a Woman’, entre otros éxitos.A principios de los 90’s vinieron a México y siendo tan grandes, con la mejor disposición dieron entrevistas a varios medios de comunicación. A pesar de mi poca experiencia, tuve la suerte de que me enviaran a entrevistarlos. No sé si me eligieron porque era sábado y se agarraron a la novata para que los otros reporteros descansaran, pero la verdad es que no tienen idea del enorme regalo que me hicieron.Como les decía, era sábado por la mañana cuando llegué a la cita. Iba acompañada por una amiga para aprovechar el día e irnos a comer después de la entrevista… La gente de la disquera me explicó que para atender a más medios, cada reportero podría platicar sólo con uno de los integrantes del famoso trío australiano. Me dio lo mismo. Estar frente a cualquiera de los tres ya era un súper lujo. A mí me tocó estar con MAURICE GIBB y a sus hermanos (Barry y Robin) sólo los vi de lejos.Con mi torpe inglés y la bendita ayuda de un traductor, platicamos por media hora. Era un tipo sencillo, bromista y divertido, al que le causaba gracia mi mala pronunciación y se burlaba de su fallido intento de hablar en español. No recuerdo ni los temas que tocamos, sólo que me la pasé muy bien y estaba feliz, sin saber que lo mejor estaba por venir.Cuando ya me retiraba del lugar, el jefe de prensa de la disquera se acercó y me dijo: ‘¿Qué vas a hacer en la tarde? La empresa ofrecerá un coctel para los BEE GEES. Es algo privado, sin prensa, pero te invitamos”… Volteé a ver a Maurice y sólo me sonrió. Por supuesto, acepté y a las 5 de la tarde (con todo y amiga) llegué a ‘La Diabla’, un bar ubicado muy cerca de Reforma.Me quedé boquiabierta cuando entré al pequeño salón del evento. No había más de 8 mesas con 4 sillas periqueras cada una. No conocía a nadie y me fui a sentar atrás. Después llegó el encargado de prensa (quien me había invitado) y sólo me saludó. A los pocos minutos arribaron los BEE GEES… Mesa por mesa saludaron y platicaron con todos. De pronto, entró un señor con tres guitarras acústicas y se las entregó. Sin más preámbulo subieron a un escenario diminuto, en el que apenas y cabían los tres hermanos.Después de checar que sus instrumentos estuvieran afinados, comenzaron a cantar ‘¿Qué tan grande es tu amor?’ y por poco y me desmayo. Durante casi una hora interpretaron varios de sus éxitos… Yo no lo podía creer. Ellos eran (y siguen siendo) uno de los 5 grupos vocales más importantes en la historia de la música y yo, una de las muy pocas privilegiadas (menos de 40) que estaban ahí presentes.¡Qué afortunada fui! Los vi, los disfruté y los tuve tan cerca, que su música me llegó al alma… Al paso de los años sigo recordando ese momento con la misma emoción de ayer. Un regalo único e irrepetible que llevo tatuado en la memoria, como uno de los mejores de mi vida. Por experiencias como ésta, nunca me cansaré de decir que valió la pena estudiar y ejercer el Periodismo, esa carrera tan polémica, criticada y a veces menospreciada, pero que para mí, desde hace 30 años, es una maravillosa y apasionante profesión… ¡Gracias por los recuerdos! ¡Gracias por la música! ¡Gracias por siempre, inmortales BEE GEES!¡Hasta la próxima!Twitter @ChioMaldonado
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